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Lo más chusco de la panda, agrupada en torno a Sánchez, no es su inmoralidad, sino la sinvergonzonería.
Hace una semana, cuando saltó la noticia de que los proetarras de Bildu llevaban en sus listas electorales a 44 terroristas incluidos 7 asesinos convictos y confesos, la orden del jefe del PSOE fue que no dijeran palabra.
Y sus subalternos, desde las ministras a los barones autonómicos, callaron como ‘puertas’, huyendo de las ruedas de prensa o corriendo al baño en cuanto aparecía un periodista digno de ese nombre.
Hace cuatro días, viendo que el escándalo no amainaba, la consigna de Sánchez fue que dijeran que lo de Bildu es legal, pero no decente y todos recitaron como loros la consigna
Cuando Feijóo, Abascal y la prensa que no esta a sueldo de La Moncloa, replicó que lo indecente es pactar con los etarras, como llevan haciendo un lustro Sánchez y compinches, el falsificador de tesis modificó de nuevo el argumentario.
Y ahora, arropados por la Brunete Pedrete mediática, el mensaje es que ellos no han pactado nunca con los asesinos de Múgica, Blanco, Ordóñez, Portero y un millar de españoles inocentes.
Como no podía ser de otra manera, sumisos, baratos y maleables como son, desde la vicepresidenta Calviño a la ministra Robles, pasando por la portavoz Rodríguez, se han puesto a repetir la trola.
La siniestra innovación de este PSOE infame no es que pastelee con la ultraizquierda, porque siempre lo ha hecho y de forma consistente en los ayuntamientos.
La basura, la ignominia, es abrazarse a los asesinos de ETA, porque esa línea roja de sangre nunca se había cruzado y desde Zapatero la atraviesan alborozados todos los socialistas y de forma singular sus alcaldes y barones autonómicos.
Y no hablo sólo de Chivite, sino también de Page, Lambán, Puig, Vara y otros caraduras, sin cuyo silencio, complicidad y respaldo semejante atrocidad no sería posible.
Ninguno, para no perder el sillón, se ha atrevido a decir alto y claro que es inaceptable llegar al poder gracias al apoyo entre tinieblas de un partido golpista como ERC y de otro que añora y aplaude los crímenes de ETA.
El PSOE, que es el entramado político más corrupto de la Historia de España y arrastra un curriculum muy cutre, inició con ZP una felona complicidad con los separatistas, cuya sima moral ha sido su alianza con el partido de los terroristas etarras.
Bildu es, junto a Más País, Compromís y Podemos, el más sólido y estable sostén parlamentario del Gobierno socialcomunista.
Los etarras han respaldado no sólo la llegada de Sánchez al poder, sino la desquiciada Ley de Memoria Democrática, la Reforma Laboral, la Ley provioladores del sólo sí es sí, la Trans, la de Vivienda, y hasta los Presupuestos.
Y a cambio han conseguido tener voz y peso en las decisiones del Gobierno Frankenstein, ‘blanqueamiento’, cargos a manta, sueldos a granel, competencias de trafico y que todos los pistoleros, todavía presos, sean trasladados cerca de sus casas y salgan los fines de semana a tomar el vermut y a
Hace una semana, cuando saltó la noticia de que los proetarras de Bildu llevaban en sus listas electorales a 44 terroristas incluidos 7 asesinos convictos y confesos, la orden del jefe del PSOE fue que no dijeran palabra.
Y sus subalternos, desde las ministras a los barones autonómicos, callaron como ‘puertas’, huyendo de las ruedas de prensa o corriendo al baño en cuanto aparecía un periodista digno de ese nombre.
Hace cuatro días, viendo que el escándalo no amainaba, la consigna de Sánchez fue que dijeran que lo de Bildu es legal, pero no decente y todos recitaron como loros la consigna
Cuando Feijóo, Abascal y la prensa que no esta a sueldo de La Moncloa, replicó que lo indecente es pactar con los etarras, como llevan haciendo un lustro Sánchez y compinches, el falsificador de tesis modificó de nuevo el argumentario.
Y ahora, arropados por la Brunete Pedrete mediática, el mensaje es que ellos no han pactado nunca con los asesinos de Múgica, Blanco, Ordóñez, Portero y un millar de españoles inocentes.
Como no podía ser de otra manera, sumisos, baratos y maleables como son, desde la vicepresidenta Calviño a la ministra Robles, pasando por la portavoz Rodríguez, se han puesto a repetir la trola.
La siniestra innovación de este PSOE infame no es que pastelee con la ultraizquierda, porque siempre lo ha hecho y de forma consistente en los ayuntamientos.
La basura, la ignominia, es abrazarse a los asesinos de ETA, porque esa línea roja de sangre nunca se había cruzado y desde Zapatero la atraviesan alborozados todos los socialistas y de forma singular sus alcaldes y barones autonómicos.
Y no hablo sólo de Chivite, sino también de Page, Lambán, Puig, Vara y otros caraduras, sin cuyo silencio, complicidad y respaldo semejante atrocidad no sería posible.
Ninguno, para no perder el sillón, se ha atrevido a decir alto y claro que es inaceptable llegar al poder gracias al apoyo entre tinieblas de un partido golpista como ERC y de otro que añora y aplaude los crímenes de ETA.
El PSOE, que es el entramado político más corrupto de la Historia de España y arrastra un curriculum muy cutre, inició con ZP una felona complicidad con los separatistas, cuya sima moral ha sido su alianza con el partido de los terroristas etarras.
Bildu es, junto a Más País, Compromís y Podemos, el más sólido y estable sostén parlamentario del Gobierno socialcomunista.
Los etarras han respaldado no sólo la llegada de Sánchez al poder, sino la desquiciada Ley de Memoria Democrática, la Reforma Laboral, la Ley provioladores del sólo sí es sí, la Trans, la de Vivienda, y hasta los Presupuestos.
Y a cambio han conseguido tener voz y peso en las decisiones del Gobierno Frankenstein, ‘blanqueamiento’, cargos a manta, sueldos a granel, competencias de trafico y que todos los pistoleros, todavía presos, sean trasladados cerca de sus casas y salgan los fines de semana a tomar el vermut y a